sábado, 23 de mayo de 2020


INTERIORIZAR NUESTRAS DEVOCIONES Y 
 
FIESTAS RELIGIOSAS


LA VIRGEN DE LOS DESAMPARADOS
 
VALENCIA 2020


Este año, ha sido la primera vez en mi vida, y mi vida ya ha cumplido bastantes años, repito, la primera vez en mi vida que la fiesta de la NOSTRA MARETA, la Mare de Déu dels Desamparats, me ha producido tristeza, mucha tristeza.

El hecho de la presencia del coronavirus en nuestra tierra, al igual que en el mundo entero, ha hecho mella en nuestro vivir cotidiano, mucha mella.

A nosotros los valencianos nos destrozó la fiesta de San José, con las fallas, y ahora nos ha destrozado la fiesta de la Virgen, sin hablar de tantas vidas humanas y tantos enfermos/as… y tantas familias destrozadas.

Sí, pero esto que nos ha "trastornado tanto" y nos ha estropeado la celebración no ha sido por la falta del habitual jolgorio callejero y fiesta… que otros años hemos disfrutado, sino que ha habido otros motivos inesperados que nos han creado inquietud y mas tristeza si cabe encima de las desgracias.

Bien sabíamos que no íbamos a tener jolgorio este año: ni la “nit de albades”, ni “missa de descoberta”, ni el “chocolate i buñols”, ni la “missa d’infants”, ni el traslado, ni nada de nada... Ya lo teníamos asumido. El virus nos lo había fastidiado todo pero, es cierto, como digo, de alguna forma ya lo habíamos INTERIORIZADO, ASUMIDO. Ya nos habíamos hecho el ánimo de vivir la fiesta de la Virgen como en los tiempos de las catacumbas "a puerta cerrada"… y desde el silencio y la meditación y también desde la resignación y, dadas las circunstancias, también en señal de luto por tantas personas muertas en soledad y enterradas casi en la clandestinidad… Algo terrible.

Recientemente habíamos vivido la fiesta del Pare Sant Vicent Ferrer, que vimos por la TV. Pudimos vivir una Eucaristía desde la catedral que fue preciosa, como nunca había vivido un servidor esa misa. Fue a puerta cerrada, pero su poder espiritual traspasó los muros de la catedral y nos llegó a todos por TV, con toda su calidez (y es qué cuando todo calle las piedras hablarán)… Pues así fue.

La homilía del sacerdote dominico, los cantos litúrgicos, la música, el recogimiento… todo sirvió para elevarnos a Dios.

Este hecho, esta realidad de la resignación ante una situación de una pandemia, posiblemente nos hubiera podido llevar, como digo, (con la ayuda del clero y los medios de comunicación) nos hubiera podido llevar a interiorizar más nuestra FE en la Virgen desde nuestras casas con la elegancia de lo sencillo. Qué quizás, creo, nos hace mucha falta INTERIORIZAR: vivir nuestras fiestas religiosas también desde DENTRO, desde los sentimientos.

La música, la charanga, los ruidos, petardos, fiestas… los trajes, las vestimentas, la economía, el turismo, etc., las autoridades en el primer banco etc., que es todo estupendo sí, pero por favor no nos quedemos sólo en esto, porque si algún día nos falla lo material nos quedaremos sin nada que creo es lo que ha pasado ahora. Nos faltaba el "jolgorio", la gente, la fiesta externa, y parecía que ya nos faltaba TODO… ¡Qué pena...!

LAS FIESTAS RELIGIOSAS QUE SE CENTRAN SÓLO EN LO EXTERNO.

Ocurre a veces, a nivel popular, que pasada la fiesta del santo o la santa patrono/a…, etc., con todo el bullicio: la procesión, el sermón, las autoridades, etc..., al final nos preguntamos: pero… ¿nos hemos acordado del santo?,¿dónde está el santo ? Y alguien contesta: ¡Ay!… pues en la iglesia… y no caemos en la cuenta de que eso que está en la Iglesia no es el santo, es su imagen, eso es la imagen del santo, eso que hemos sacado en la procesión es la imagen… no nos hemos acordado de lo esencial del santo: su espiritualidad, su espíritu.

¿Y es esto posible?… Pues lamentablemente sí, suele ocurrir mucho.

Hemos tenido la fiesta pero no hemos profundizado en el verdadero sentido de esta fiesta: la vida del santo, su ejemplo, su mensaje,... el por qué celebramos en el pueblo a este santo, y qué nos dice hoy este santo a cada uno de nosotros y qué debemos asumir en nuestro interior de todo esto. Cierto que pasarlo bien en la fiesta sí, pero sólo eso no, porque la fiesta religiosa no puede quedar reducida sólo a una diversión externa.

Este año con el desgraciado motivo del coronavirus, como ya he dicho, ya nos habíamos hecho el ánimo de vivir la fiesta de la Virgen desde lo mas profundo de nuestro ser… Todos los valencianos, o muchos valencianos, estábamos pues candorosos esperando ver en TV la misa solemne de “Descoberta” y VIVIR desde nuestro interior el espíritu de la fiesta y que se repitiera, a ser posible, el carácter intimista de la solemnidad profunda del día de SANT VICENT en la catedral.

Pero, mira por donde no ha podido ser, y también porque quizás "inocentemente" al final de la misa un tanto inexpresiva, se han abierto las puertas de la basílica y la Virgen ha salido, la han sacado al "BANQUET de la PORTA" y allí se ha formado lógicamente un cierto barullo o revuelo, cantos, música, y muchas cosas mas...Total un poco lamentable todo.

Pero desde mi visión espiritual de este asunto creo que lo peor es que la paloma del Espíritu Santo se asustó y salió volando por la puerta abierta de la basílica, hemos perdido una oportunidad de interiorizar por una vez en la vida, la fiesta de la Virgen. Y digo que se ha ido volando el Espíritu Santo, lo digo metafóricamente ¡claro! y desde mis grandes respetos, porque el lío y contradicción que se ha quedado en prensa y en todas partes pues quizás no es cosa del Espíritu que ya sabemos es PAZ, CARIDAD, AMOR, CONCORDIA, PACIENCIA, etc.


danielmarti.mocholi@yahoo.es

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