viernes, 17 de enero de 2020


ERMITAÑOS - ERMITAÑAS

EN LA IGLESIA DEL SIGLO XXI

CARISMA


Comprendo que puede parecer una frivolidad u osadía hablar de esta vocación religiosa en unos tiempos como los actuales en que las vocaciones y todo lo religioso está, no se puede negar, en franca decadencia… y menospreciado, al menos aquí en Europa.

Incluso, para parte del clero o gente de iglesia...., que puede darles “hasta risa” hablar de esta realidad que es la vocación eremítica en este tiempo.

No obstante esta situación de “crisis grave” para la vida consagrada y de infravaloración manifiesta para las vocaciones religiosas, no obstante... en este tiempo confuso: existen los ermitaños/as,vocación peculiar sin ninguna duda.

Me atrevo a escribir sobre este tema desde mi experiencia personal de toda una vida en esta forma de consagración. Y es desde la experiencia que quisiera reflejar con toda sencillez (porque no lo sé hacer de otra forma) mis vivencias para el conocimiento de personas interesadas o simplemente otras personas que sientan simple curiosidad.

Mis dispensas si no logro ofrecer simplemente eso, una mera información sin ningún otro tipo de interés.


¿QUÉ ES UN ERMITAÑO HOY ?

El eremitismo es una forma de consagración religiosa que se vive con un cierto carácter personal; se puede vivir en solitario pero también en pequeños grupos, incluso mixtos.

En solitario sería la forma más genuina y pura, pero dados los tiempos"malos" actuales a nivel religioso, quizás es más conveniente un cierto grado de compañía o cercanía de otras personas con similares inquietudes incluso con la forma primitiva de "grupo mixto" como ya he dicho, que es compartir lugar con eremitas de ambos sexos que comparten una misma zona o un mismo edificio amplio con espacio para ambos.

En la situación actual de la iglesia, para una persona SOLA, con una vocación eremítica puramente contemplativa puede llegar a ser contraproducente porque su soledad se puede convertir fácilmente en marginalidad. Una persona “marginada” siempre es el objetivo de situaciones desafortunadas y negativas.


EN OBEDIENCIA A LA IGLESIA.

El ermitaño diocesano no es una figura independiente de la Iglesia oficial. Dependemos los ermitaños diocesanos jurídicamente de la Iglesia que nos acepta por medio del canon 603 del Derecho Canónico y estamos bajo la jurisdicción del Obispo correspondiente.

Hacemos los tres votos clásicos de la vida consagrada.

Podemos vivir solos sí, pero no hay, no puede haber, individualismo negativo excluyente en nuestra vocación que quiere SUMAR NO RESTAR a la labor evangelizadora de la Iglesia...


ES UNA FORMA MÁS, DE CONSAGRACIÓN RELIGIOSA.

Es una forma de consagración a Dios ancestral, o sea, anclada en los mismos orígenes del cristianismo. Los eremitas o también llamados anacoretas, siempre han estado presentes en la Iglesia; jamás se disolvieron del todo, ni desaparecieron en toda la larga historia del cristianismo. Estuvieron y están en la iglesia actual 2000 años después de su aparición.

¡¡Son “una vocación rara"!!… Pues sí, lo puede parecer, pero son LEGALES.

¿Somos los eremitas como los “parientes pobres del pueblo” casi olvidados y un poco incómodos para la iglesia? Pues sí, quizás así es… pero no olvidemos que han sido las raíces de la actual vida monacal, mendicante y cenobítica… Muchos de los grandes y famosos monasterios actuales en todo el mundo, tuvieron sus orígenes en una pequeña ermita habitada por un ermitaño (se podían citar muchos lugares así). Incluso la Catedral de Santiago de Compostela, meta de tantos peregrinos de todo el mundo.

Seremos más conocidos o menos conocidos, más apreciados o menos, pero aquí está esta realidad eclesial en el siglo XXI…

Nuestro tiempo no está como para ir “presumiendo” de ser ermitaño/ña... porque te pueden tomar por loco o chiflado. Si dices en cualquier lugar, que eres ermitaño, se te pueden reír y cerrar muchas puertas, con mucha discreción, pero se te cerrarán, incluso las puertas de casas religiosas, parroquiales, obispados… porque piensan qué estás fuera de órbita.


¿LOS ERMITAÑOS ACTUALES DÓNDE ESTÁN O DÓNDE VIVEN?...

Pues… los ermitaños actuales solemos vivir donde podemos, esa es la verdad, siendo este uno de sus principales problemas. En ocasiones nos resulta difícil encontrar un lugar apropiado. Como digo, este es uno de los problemas importantes al que tiene que enfrentarse un ermitaño actual. Puede vivir en una ermita en la montaña, puede ser algún santuario vacío o desatendido, puede ser un convento cerrado, etc., cualquiera de estos sitios o similares lo podemos aprovechar y puede ser nuestro lugar para vivir. Servidor, siempre he vivido en sitios así. Y soy consciente que he prestado un buen servicio, aunque humilde. En el lugar donde he estado: lo he cuidado las 24 horas del día, he hecho el trabajo de mantenimiento en algunos lugares que estaban en abandono, he recuperado jardines, huertas, pintado paredes, arreglado fontanerías y luces, he reconstruido derrumbes, etc.,… ¡¡ tantas cosas !! que sólo Dios lo sabe... y lo más importante he ORADO por mis semejantes, sobre todo los más necesitados, también he alabado y adorado a Dios.

Pero los hombres y mujeres a veces no ven esta labor callada del monje ermitaño.

En todos los casos (esto me ha ocurrido) después de dejarte "la piel" y también tus ahorros, trabajando para recuperar un lugar o una ermita que estaba en abandono total... ha venido el dueño/a y les ha gustado y te ha hecho "la vida imposible" para que te fueras quedando todas la mejoras para el disfrute de ellos, los dueños/as que suelen ser parroquias, frailes o monjas o semejantes...

No obstante estos abusos, el ermitaño a veces prefiere estos lugares en semi-abandono o abandonados como los monasterios porque sabe que ese lugar, ha sido morada por muchos siglos de almas consagradas, dedicadas al servicio del Evangelio y al servicio de Dios, y se suele decir que "donde hubo siempre queda", efectivamente, queda en él, como un halo, un aura, un poso, de espiritualidad, una energía positiva y de gracia, de la cual el ermitaño, consciente de esto, quiere beneficiarse.

Los ermitaños no tenemos estructuras en nuestra vida, eso es cierto. No pertenecemos a ninguna orden o congregación religiosa, y no tenemos las estructuras propias de las comunidades de los monasterios o conventos: nos sobran los horarios, nos sobran los toques de campana, incluso a veces nos sobran los relojes… de este mundo…

Siguiendo el proceso canónico, hacemos la profesión perpetua en manos del obispo del lugar (llegar a la profesión puede tardar unos cinco años). Después nos guiamos por nuestro estatuto personal que el mismo ermitaño se confecciona con unas directrices mínimas y que es aprobado por el obispo. Estos  estatutos serán nuestra regla de vida.

Solemos ir por la vida ligeros de equipaje y nos acoplamos, como he dicho, a cualquier lugar con tal que sea digno y solitario en la medida de lo posible y seamos bien recibidos, que no siempre sucede… Una vez fui a una ermita a vivir, con los permisos debidos legales de la parroquia, y una tarde vinieron unas mujeres del pueblo muy enfadadas aporreando la puerta con gritos, a decirme que me fuera, que me marchara, que allí no querían ermitaños...!! Les dije: señoras no soy un okupa he venido a cuidar la ermita… pero no atendían razones siguieron gritando… (después, con el tiempo, todo se aclaró y me quisieron casi como a un hijo).


CARISMA.

Un carisma religioso es un DON espiritual de Dios a una persona determinada y hay que cuidar siempre esa herencia preciosa que se nos ha legado. Los carismas suelen ser distintos.

Como dice Sta. Teresa de Jesús, “Dios no se muda", Dios no cambia: o sea, el carisma recibido es para siempre, marca a una persona para siempre y ese Don no lo podemos manipular, sería un “pecado”, una deslealtad ante el Señor que sabe el porqué de todas las cosas y el porqué te ha dado a ti ese carisma esa vocación determinada.


TENGAMOS EN CUENTA EL ESPÍRITU DE ESTA VOCACIÓN.

Los ermitaños de los desiertos, en el principio, vivían en cuevas o chozas por Palestina, Siria, Egipto… Se escondían en los agujeros de las peñas donde nadie les pudiera encontrar ni ver. Siempre iban por las sendas más tortuosas, pedregosas y cuanto más estrecho era el camino y más austeras sus vidas más cerca creían estaban de Dios (ciertamente, el Evangelio nos dice: "escoged la senda estrecha… porque anchas son las sendas que llevan a la perdición"…, y eso lo solían cumplir ellos al pie de la letra).

Muchas de estas personas eremitas o ermitaños o anacoretas, es lo mismo, eran de origen Judío y tenían muy presente que Dios se manifestó a Moisés en una zarza ardiendo en un lugar del desierto. El monte Horeb. También en el monte Sinaí Dios se le manifestó en lo más escondido y remoto del Desierto. Jesús se retiraba con mucha frecuencia a orar al Desierto. Juan el Bautista se escondía siempre en cuevas, en lo más frondoso de los bosques e inaccesible de los desiertos, comía saltamontes y miel silvestre y vestía una piel de camello ceñida a la cintura y seguramente tenía una cabellera larga sin cortar por su condición de Nazir. O sea, un personaje bastante raro para la Judea de la época gobernada por Roma. Todo esto dio un carácter determinante a esta forma de vida del desierto o eremítica, que dura hasta nuestros días: la austeridad, la pobreza, la plegaria…

Más tarde, en la época cristiana, fue cuando fueron apareciendo los monjes ermitaños más famosos: Santos Padres y Madres del Desierto como Pablo de Tebas, Antonio Abad, Simón, Hilarión, Onofre, Basilio y otros muchos. Lógicamente estas personas siguieron en la misma línea.

Más tarde, con un eremitismo más mitigado y ya en vida de comunidad, aparecieron: San Bruno, San Romualdo, San Francisco de Paula… etc., la lista sería larga…

Hubo también muchas mujeres eremitas en los desiertos como Sta. Sinclética, Eufrasia…
Más tarde nos consta, aquí en Valencia, la presencia de Inés de Montcada, ermitaña, que vivió en los montes de Serra,en las cercanías de la cartuja de Porta-Coeli. Y otros muchos que debió de haber y que ignoro si constarán en el libro de la historia de la diócesis (he leido algo referente a unos ermitaños que vivieron en lo que fue después el monasterio jerónimo de la Murta, de Alcira)… o los jerónimos de Jávea, etc. fueron lugares habitados en principio por ermitaños.

Con estas fuentes, estos orígenes, parece lógico que esta atracción por el austero desierto permanezca en la Iglesia hoy como algo importante para los ermitaños actuales.

Es una vocación especial, para muy pocas personas… ¡claro!…

En nuestros días lógicamente los pocos vocacionados que existimos no vamos a poder imitar a nuestros santos Padres del Desierto al pie de letra pero sí, en la medida de lo posible, tratamos de mantener el espíritu.

Algo muy importante en la vida de cualquier persona es dar respuesta cumplida y vivir una vocación determinada que se puede sentir quizás desde muy temprana edad. Son vocaciones de muy distinto cariz entre las que se encuentran las vocaciones religiosas, que tenemos quizás desde pequeños, desde niños.

Todos podemos comprender lo frustrante que puede ser para una persona no poder hacer realidad la vocación que se tiene para un trabajo determinado o unos estudios determinados, etc. Pues lo mismo puede suceder con la vocación religiosa. La vocación religiosa es un regalo de Dios un don y hay que hacer lo posible por vivirla y llevarla a cabo incluso cuando los demás no te comprendan, o tengas que ir contra-corriente porque, por extraña que parezca una vocación, en ella te va la felicidad.

La vocación religiosa, hoy tan en precario, la concibo personalmente como algo muy extraordinario, y más en nuestros días. No parece muy lógico tampoco que en la actualidad haya muchos monasterios de monjes o monjas y todos muy llenos de vocaciones. O que haya muchos ermitaños en los desiertos... pues ojalá fuera así… pero creo que quizás son tiempos de mas autenticidad y menos cantidad, tiempos de purificación, porque ha habido mucha gente “eclesiástica”en la iglesia quizás sin vocación… y eso puede ser, como comentábamos, muy penoso y perjudicial ¡claro!… quizás sea el tiempo de un replanteamiento, pero nunca de la desaparición de la vida consagrada, sin ninguna duda. Una Iglesia Católica sin vida consagrada no se podría concebir porque la vida consagrada aparece ya en los principios del cristianismo con las Vírgenes Consagradas y los Eremitas.

Una vida consagrada desvirtuada, tibia, desnortada, todavía se puede concebir menos, para eso quizás mejor que desaparezca.

En nuestros días, una vida tan original como la de un ermitaño o ermitaña diocesano, con una soledad sin mitigaciones, sin paliativos, y con carencias de tipo material tan evidentes, resulta sin duda chocante,difícil de entender para la sociedad actual. No es fácil que la gente la comprenda pero, queridos hermanos y hermanas así es, y así es todo el Evangelio, audaz y contracorriente hasta el extremo.

Si nos fijamos en lo que fue la vida de Jesús que nació en un establo en las afueras de Belén, que vivió no más de 33 años, y que su muerte fue tan horrible!… la peor en aquellos tiempos de la Roma cruel: clavado en una cruz que había arrastrado él mismo por las calles de Jerusalén hasta el monte Gólgota o Calvario… pues con esto ¿que conclusión debemos sacar sus seguidores… religiosos-religiosas actuales? Pues como hacían los ermitaños de entonces no puede ser otra conclusión, y es que se tenga como referente la senda estrecha… seguida por Jesús y preconizada en los Evangelios, otra cosa no resulta lógica.
Cuando el Señor nos dice: no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores…

"No son los sanos los que necesitan al médico sino los enfermos"…

Los pecadores, los publicanos, leprosos, pobres samaritanos, paganos y mujeres prostitutas, etc.,… a estos he venido a buscar…

¡Claro! Esto fue toda una odisea y una audacia. ¡Cómo iba a entender el judaísmo de entonces todas estas declaraciones que iban en contra de sus doctrinas!.

Así, él mismo, fue tratado como un malhechor. Un loco temerario.

Se le acusó de todo, comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores, marginados de toda índole.

Pero Él, no se escondió, no huyó de toda esta plebe que eran la vergüenza de todos. No los ignoró ni les dio la espalda… sino que dijo: estos son mis predilectos: Pablo de Tarso, un perseguidor de cristianos, Pedro, un cobarde que le negó… María de Magdala, una pecadora... etc.,…

Valiente y audaz, la opción de Jesús por los marginados que yacían tirados al borde de los caminos de la vida.

Toda esta doctrina de Jesús, aunque tiene 2000 años, no se puede olvidar en la iglesia de hoy, sigue siendo muy actual, debe ser lo más importante: LA CARIDAD, este es el espíritu indiscutible del cristianismo, entonces y ahora, y esto es lo que no puede cambiar. Pero quizás esta caridad no debe quedar reducida a las Hermanitas de la Caridad u otras congregaciones especializadas, necesita ser practicada POR TODOS: clero, obispos, cardenales, gente encumbrada… etc., y apoyada por una ascesis.

Los trabajadores de la MIES necesitan también del DESIERTO donde hacerse fuertes en el espíritu. El Desierto está ahí, Jesús iba al Desierto a orar, los apóstoles, Juan el Bautista nunca dejaron de frecuentar el Desierto. Iban a encontrarse con el Dios de Abraham, Isaac, Jacob y Moises… para luego poder reunirse con el pueblo y ofrecerles la paz y el sosiego espiritual que el pueblo necesitaba. Y nadie puede dar lo que no tiene.

¿Por qué el Desierto puede ser actual y necesario para la Iglesia de hoy?... pues sencillamente porque el espíritu es imprescindible para evangelizar eficientemente, aunque parezca una desfachatez nuestros tiempos,nuestro mundo está necesitado de Dios. El mundo necesita redescubrir la vida espiritual, el alma del ser humano y de las cosas.

Y esta labor corresponde a la Iglesia y sus VIÑADORES: sus sacerdotes, sus religiosos/as especialmente, y a los laicos también por lógica.

El mundo de lo material con sus secuaces está ganando la batalla, nos están arrancando a DIOS de nuestras vidas, mezclando "los poderes de la política y el dinero" con la Iglesia de Jesucristo.

La vida placentera del consumismo ¿ha contaminando también a los eclesiasticos/as? ¿Está quedando todo lo espiritual en mera palabrería vacía sin espíritu?...

Pues quizás sí. El hedonismo puede cegar nuestros carismas sin darnos cuenta de ello. Y todo esto es porque ha desaparecido "el Desierto", la oración, la meditación, la reflexión en la vida de la Iglesia, la senda estrecha. Y pronto ya no habrá retorno.

Lamentablemente el materialismo está ganando la batalla, y que conste que lo que digo no es añoranza de unos tiempos (tridentinos) y unas formas que ya pasaron y nostálgicamente queremos recuperar. NO… no es eso. Se trata de no perder algo esencial, la espiritualidad Cristiana y los Carismas de la Iglesia que eso, insisto, no cambia, lo dice la santa de Ávila (Dios no se muda). Consagrados y consagradas (frailes y monjas, monjes, clero secular...) lo nuestro es esencialmente la espiritualidad cristiana que no varía y es la que es entonces y ahora y es la que mantiene el resto del edificio que somos cada uno de nosotros... No estoy defendiendo "la tradición" de la iglesia en sus formas y maneras. Estoy defendiendo la CARIDAD básica, la senda estrecha, el desierto imprescindible y básico también para la guarda de la espiritualidad.

Cuando alguien llama a nuestra puerta y no le abrimos, cuando vuelve a llamar y no le abrimos, cuando permanecemos cerrados ante el sencillo, el pobre, el desvalido… estamos negando a Cristo. Después, por mucho que prediques, serás un ser vacío ridículo, penoso.

La vida eremítica providencialmente ha reaparecido.. ¿nos viene a recordar esta realidad ?…

Los eremitas somos los últimos, quizás los más "sencillos", insignificantes miserables e indignos quizás, pero no nos fijemos en el personaje, en el ermitaño de nuestros tiempos, pensemos en por qué están los eremitas hombres y mujeres hoy aquí. Creo que no es casual.

El Señor escogió en su tiempo, no lo olvidemos, a los últimos: la gente sencilla incluso impresentables, pecadores, lo más bajo de aquella sociedad para dar a conocer su voluntad y su mensaje.

Amigo, Hermano/a… te invito a que no dejes de dar testimonio de Jesús… aunque quizás te pueden decir: estás loco, o tú testimonio no sirve porque eres un "pecador", o no tienes doctorados ni licenciaturas, no sabes hablar…

Aunque te sientas "sencillo", pecador y pobre socialmente, no dejes de contar y proclamar las MISERICORDIAS de DIOS. Que tus fallos, tus desvaríos no te paren, para Dios nunca serás un indigno… Él no mira las apariencias, mirará tu corazón. Y tengamos en cuenta una gran realidad: lo único que puede llenar nuestros vacíos es Dios lo demás, TODO, pasa todo se acaba.

Nunca pienses que Dios es una historia de fachas, de viejas o de ignorantes, o de altaneros prepotentes que se creen en posesión de la verdad. Dios es una realidad en ti, es una ayuda, un amigo que nunca te va a fallar en tus días difíciles, porque Dios está dentro de ti, sí, en tu corazón y es AMOR… amor puro.

Quizás esto lo habrás oído infinidad de veces, pues bien, te lo repito: con Dios vivirás más feliz. Afrontarás mejor los problemas de la vida.


Daniel Martí Mocholí, eremita diocesano. Valencia.

E-mail : danielmarti.mocholi@yahoo.es

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